Vida y Estilo

¿Qué preguntas debemos hacernos para comprar de manera más sostenible?

Aspiramos a que la industria de la moda se labre camino a través de la sostenibilidad, que los procesos respeten los recursos naturales de la tierra, que el trabajo artesanal se enaltezca, no solo mediante el reconocimiento o la visibilidad, sino también a partir del comercio justo y la puesta en valor de aspectos sociales que resultan fundamentales para seguir construyendo un paradigma ético. Y en pos de acercarnos a ese tan anhelado equilibro, es necesario recordar que aunque seamos fervientes defensoras de las propuestas introducidas por los diseñadores o nos sintamos ajenas a ellas, todas somos consumidoras, y el comportamiento que esbocemos se traduce en un pilar vital para la transformación.

Tal es así que en una conversación impulsada por Vogue Business junto a Dilys Williams, directora del Centro por la Moda Sustentable y Michael Beutler, director de operaciones sustentables en Kering, la primera hacía referencia a que nada es 100% sostenible, principalmente porque dependemos de la naturaleza. No obstante, hay muchos pasos que se han dado en la industria, y si bien nombrar algo y crear conciencia es una actitud que pone en marcha el compromiso, no va a crear sostenibilidad u originar una disrupción en la industria. Para ello, es crucial adentrarse en vías de creatividad alternativas, promover un cambio de conciencia y comprender qué es la moda sostenible.

Michael Beutler, por su parte, mencionaba la importancia de hacerse preguntas, sin importar lo que estemos adquiriendo, ¿De dónde viene? ¿Cómo obtuvo dicha tonalidad? ¿Quiénes intervinieron en el proceso? Así pues, nos propusimos hablar con Chain y Juan de la Paz, dos marcas sustentables de Latinoamérica que han participado en la plataforma #GlobalTalentsDigital de Mercedes-Benz Fashion Week Rusia, para que nos expresen sus ideales y recapacitemos juntos sobre cuáles son los interrogantes que podemos aplicar antes de efectuar una compra y de ese modo, convertirnos en un consumidor consciente y responsable.

¿Quién hizo mis prendas?

La nueva colección de la firma sustentable Chain.© Noelia Garreffa La nueva colección de la firma sustentable Chain.

Es, quizás, una de las preguntas que más está en boga en la actualidad, al haber sido fomentada con vehemencia por la plataforma internacional Fashion Revolution a través del lema #Whomademyclothes. Es por ello que cada vez con mayor frecuencia encontramos firmas que en su leitmotiv incluyen la relación estrecha con los artesanos, y al indagar de manera activa, no solo propiciamos que ese encuentro suceda, sino también instauramos la transparencia y llegamos a conocer el verdadero costo de tener en nuestras manos aquel zapato o bolsa que deseábamos desde hace tiempo. Cuestionarnos sobre el modelo de negocio de las firmas y especialmente sobre quiénes confeccionan las prendas es una conducta que sin lugar a dudas nos guiará hacia una elección más ética.

¿Es una firma que se está esforzando por un modelo más sostenible?

'Reconstrucción de Permanencia', la última colección de la firma Chain.© Noelia Garreffa ‘Reconstrucción de Permanencia’, la última colección de la firma Chain.

Observar la etiqueta de la pieza puede ser el primer paso, pero hay mucho más que podemos hacer para sentar las bases de un despertar sostenible y un cambio positivo en el futuro. De hecho, la investigación es imprescindible y hay un abanico de certificaciones que sacan a relucir si el ADN de una firma está intentando distanciarse de los daños en el ecosistema. El programa internacional Better Cotton Initiative (BCI) es uno de ellos, y cuenta con miembros como Ralph Lauren, Hugo Boss, Burberry, Adidas, Levi Strauss & Co y AllSaints, mientras que la certificación Global Organic Textile Standard examina si se han empleado fibras orgánicas y métodos sin pesticidas, en tanto que la estricta evaluación de Bluedesign se propone medir la trazabilidad y el impacto que se produce en el ambiente desde la materia prima hasta el embalaje del producto.

En ese sentido, los diseñadores oriundos de Bolivia Juan Carlos Pereira y Andrés Jordan de Juan de la Paz comentan, ‘Se han desarrollado plataformas como Lablaco donde un diseñador puede cargar sus productos, generar el tracking de abastecimiento y la cadena involucrada para demostrar transparencia’, un recurso, entre tantos, que definitivamente consigue ir un paso más allá de la comunicación que se observa en redes sociales, ayudándonos a juzgar por nuestros propios medios la credibilidad detrás de las intenciones.

Del mismo modo, Lucía Chain, diseñadora argentina en Chain añade ‘Informarnos, estudiar, escuchar a las nuevas voces que tienen tantos valores para aportar y cuestionar a las grandes firmas con el fin de impulsarlos a generar un cambio. Reclamar en nuestros países políticas y regulaciones nacionales que exijan las buenas practicas dentro de las industrias. Hacer de la sostenibilidad un valor aplicable a la vida cotidiana…un estilo de vida’.

¿Es un precio justo?

Chain construyó su colección a través de un proceso zero waste.© Noelia Garreffa Chain construyó su colección a través de un proceso zero waste.

Las prendas excesivamente económicas no tienen razón de ser, porque seguramente más de un productor no está recibiendo un pago honorable en el camino. Michael Beutler pone énfasis en el hecho de que adquirir una pieza por 10 euros significa que alguien está perdiendo en la cadena de suministro. Además, es imprescindible tener en cuenta que en la fabricación de una prenda existen una multiplicidad de procesos, y, en consecuencia, trabajadores cuyo salario depende de ello, por lo que un trato justo es el enfoque que más se adecua a una conversación sostenible.

‘Debemos cuestionar a las grandes firmas y pedirles que expongan su situación a través de los siguientes interrogantes: ¿Qué producen?, ¿Cómo?, ¿De dónde viene esa materia prima?, ¿Quiénes? ¿En qué condiciones? y ¿Cuál es el ciclo de vida de ese producto?’, apunta Lucía Chain. Poder acceder a estas respuestas también nos ayudará a comprender el valor detrás de una pieza y por qué valdrá la pena atesorarla en nuestra colección personal.

¿Realmente necesito comprarlo?

El consumo consciente invita a poner un cese en las compras compulsivas e innecesarias, al mismo tiempo que intenta sortear con las toneladas de residuos textiles que se echan a perder cada año. Se trata de consumir menos y apostar por diseños que sean perennes en nuestro clóset, no hay duda de que invertir en clásicos es la clave y que el interrogante asociado a la necesidad es crucial en términos de un medio ambiente sin contaminación.

¿Es una pieza que puede heredarse a generaciones futuras?

Túnica de la firma sostenible Juan de la Paz.© Alan Stroebel Túnica de la firma sostenible Juan de la Paz.

Hace décadas, solíamos oír que una prenda se traspasaba de una generación a la otra, pero esta tradición lentamente se ha ido perdiendo. ‘Nosotros creemos que el buen diseño tiene un valor patrimonialun buen indicador es cuestionarse si la prenda es heredable, y si lo es, esta pieza deberá trascender en el armario tanto en factura como en estética, cumpliendo con sus atributos y la intención original con la que fue concebida. ¿Por qué debemos asumir la obsolescencia programada de las prendas que consumimos? La calidad se refleja no solo en los materiales y técnicas involucradas, también se refleja en un diseño sólido que forma parte de una colección con coherencia y que fue creada por alguna mente que le pone su autoría’, concluyen desde Juan de la Paz a Vogue.

En la práctica, ser enteramente sostenible puede tornarse casi inviable, pero sí es posible respetar el medio ambiente y estar en consonancia con los recursos que nos provee la naturaleza al incentivar un trato decente, salarios dignos para las comunidades y sobre todo, transparencia en cada uno de los procesos que llevan adelante las firmas. No cabe duda de que traspasar las fronteras de la sostenibilidad es una tarea colectiva.

Fuente: VOGUE

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