Panorama

¿Por qué a veces nos resulta tan difícil perdonar a alguien?

Atención, pregunta: ¿eres de las que suele perdonar o te cuesta muchísimo? Evidentemente, en la respuesta se ha de valorar un «depende», pero a lo que nos referimos es si, por lo general, tiendes a ‘guardarte’ lo que ha ocurrido y te cuesta pasar página de situaciones en las que te has sentido decepcionada o traicionada. ¡A muchas personas les pasa!

Según la doctora Montse Marsà, de Mundopsicólogos, «aprender a perdonar implica conectar con el sufrimiento y dejarlo ir por propia decisión: porque hemos decidido estar en paz y ser felices y eso, a veces, cuesta. En ocasiones, la aceptación es complicada y perdonar de verdad puede resultar difícil porque pensamos que supone olvidar y no pensar en lo sucedido… Pero muy al contrario, perdonar es memoria y aprendizaje. Si olvidáramos, no aprenderíamos a gestionar el sufrimiento».

Si te fijas, cuando no perdonas, las emociones negativas pueden afectar en tu vida diaria, en otras relaciones e incluso pueden repercutir en el sueño. En cambio, cuando decidimos perdonar, Marsà asegura que «nos sentimos libres y poderosas, y también podemos conectar con nuestra capacidad de asumir las circunstancias, por dolorosas que sean».

MITOS EN TORNO AL PERDÓN

El psicólogo Alejandro Pereira afirma que, en realidad, «el objetivo de perdonar es saludablemente egoísta. Si lo pensamos, se trata de dejar de sufrir y vivir en el pasado, y conseguir la paz. El rencor nos ancla en el pasado y exige mucha energía, mientras que el perdón nos hace libres para seguir avanzando en nuestra vida». Un ejemplo a seguir es el del perdón cristiano en el que, como explica Pereira, «la persona perdona como expresión de su bondad, no necesita reevaluar el porqué del comportamiento ofensivo».

Pero ojo, este experto advierte de que a veces no tenemos claro en qué consiste exactamente el hecho de perdonar:

  1. Perdonar no es consentir. «No significa en absoluto seguir permitiendo el maltrato o la conducta abusiva».
  2. Perdonar no es excusar o disculpar. «Una solución fácil que mucha gente intenta para metabolizar una ofensa es justificar o disculpar ese comportamiento. Buscar explicaciones a menudo falsas y simplistas, sin verificar cuáles son realmente las razones verdaderas, es autoengañarse».
  3. Perdonar no es olvidar. «Es habitual intentar olvidar algo que nos ha molestado, una ofensa. Frecuentemente, las personas fuerzan su mente para erradicar recuerdos o pensamientos dolorosos, y ese es un proceso de evitación cognitiva que casi nunca funciona».
  4. Perdonar no es reconciliarse. «La reconciliación implica retomar una relación que se había roto por un enfado. Se puede perdonar sin llegar a la reconciliación», concluye.

Cómo perdonar© Carol Yepes – Getty Images Cómo perdonar

PASOS A SEGUIR PARA PODER PERDONAR

La doctora Marsà recomienda el siguiente proceso para valorar la situación y conseguir la ansiada meta:

  1. El deseo. Supone querer el perdón para ser libre. Esto te llevará a buscar las herramientas de las que dispones para hacerlo.
  2. Reconocer las emociones que sientes. Conecta con el enfado, la rabia, la sensación de injusticia… y acéptalos.
  3. Tomar acción. Responsabilizarte de lo que sientes te llevará a ver que solo tú tienes el poder de decidir. Entonces: ¿eliges seguir sufriendo o decides ser libre y feliz?
  4. Aceptación y perdón. Es llegar a asumir las circunstancias en su totalidad, reconocerlas como tal y pasar página. En este punto, serás consciente de lo valioso que es sentirte libre de sufrimiento.

Fuente: Cosmopolitan

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