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Puede ser que la Serie Mundial del 2020 entre los Dodgers y Rays esté destinada a disputarse en la mayor cantidad de choques posible después de una corta temporada y que desde el principio estuviera rumbo a un Juego 7.
Si observas a Tampa Bay jugar, notarás que es un rival difícil y que no da ni un paso atrás hasta que termina el partido.
Por eso, no cabe duda de que los Rays pueden responder y ser campeones tras estar abajo 2-3 en el Clásico de Otoño.
Pero si el conjunto de Los Ángeles es el que se lleva el título, sea el martes o el miércoles, lo que lograron en el Juego 5 el domingo será visto como una de las mayores victorias que consiguieron en la Serie Mundial, como fue cuando fueron campeones por última vez, cuando Kirk Gibson pegó un jonrón en el Juego 1 — uno de los cuadrangulares más famosos en la historia del Clásico de Otoño — contra Dennis Eckersley en 1988.
Y éste es el motivo: Son pocas las veces en la historia de la Serie Mundial que un club se recupera de una derrota como la que sufrieron los Dodgers en el cierre de la novena entrada del Juego 4, cuando los Rays anotaron dos carreras después dos errores en la misma jugada, y hasta sobrevivieron un tropezón del cubano Randy Arozarena tratando de anotar.
Podemos hacer una lista de los finales o partidos más insólitos en la historia del Clásico de Otoño, pero cuando te fijas en lo que pasó en el siguiente encuentro, o cómo terminaron las series, la mayoría de los equipos no se recuperó. Por eso, el impacto del golpe sería muy fuerte para levantarse.
HOY
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