
Con el fin de año, los olores, imágenes y sonidos de las fiestas decembrinas inundan los espacios públicos. Las casas se empapan de luces. La gente se frustra por las masas que atascan los centros comerciales. A veces huele a ponche; otras, un olor empalagoso viste a las tiendas para la ocasión. El tráfico de fin de año se hace imposible, asfixiante. En todos lados se escuchan los clásicos de Frank Sinatra y los especiales navideños de Luis Miguel. Así es: la música navideña llegó para quedarse hasta que otro año inicie.
Esto no es sólo una percepción. Conforme termina el año, según los reportes del gigante del streaming en audio, Spotify, la escucha de los éxitos navideños se potencia durante noviembre y diciembre. It’s Beginning to Look a lot Like Christmas, All I Want for Christmas Is You, Jingle Bells, en fin: es lo único que se escucha en la radio.
En principio, esto podría ser una buena noticia. La tradición de repetir música acorde a las fiestas religiosas está ahí porque trae alegría a las personas. Sin embargo, es una realidad que después de horas de escuchar la misma canción, se vuelve cansado —incluso frustrante. La ciencia tiene una explicación para esta reacción negativa que la música de Navidad provoca en las personas que podría ser, incluso, perjudicial para la salud mental.
La música navideña satura tu cerebro
Linda Blair, psicóloga clínica, asegura que la repetición excesiva de música navideña puede agotar gravemente a las personas a nivel mental:
«Las personas que trabajan en las tiendas [tienen que desconectarse] de la música navideña, porque si no lo hacen, realmente les impide poder concentrarte en otra cosa […]. Simplemente gastan toda su energía tratando de no escuchar lo que están escuchando «.
No sólo produce cansancio. Además de ser agotador, los villancicos y clásicos de época pueden irritar a las consumidores en los centros comerciales mientras compran sus regalos: la misma canción una y otra vez tiende no sólo a ser repetitiva, sino cansada de escuchar. De acuerdo con una encuesta de Consumer Reports, el 23 % de los encuestados le tienen miedo a la música navideña por esta causa.
© Proporcionado por Muy Interesante Foto: Getty Images
Lo anterior es consecuencia de que el cerebro se satura. De manera natural, provoca una respuesta negativa. Si de por sí el cierre del año es estresante (las cuentas por pagar, la familia, las cenas, la agenda desbordante de eventos y el trabajo), la exposición constante a estímulos con melodías alegres que no corresponden con esa experiencia interior frustran al cerebro, en lugar de aliviarlo o traerle placer.
Es muy normal que la Navidad te tenga harto. Tantos estímulos visuales, olfativos y auditivos que pretendan ser felices todo el tiempo molestan al cuerpo y a la mente, particularmente en un periodo tan estresante para muchos, como es el fin de año.
Deja tu comentario: