Escuelas y cines reabrieron este jueves sus puertas en la India por primera vez en más de medio año, un nuevo paso hacia la normalidad tras el estricto confinamiento contra el coronavirus impuesto en marzo por el Gobierno, aunque algunas regiones han optado por mantener aún las restricciones.
La medida, anunciada a finales de septiembre, llegó en un día con datos positivos como el registro más bajo en semanas de muertes en las últimas 24 horas, 680, aunque la llegada de la temporada de festivales y la bajada de las temperaturas inquietan en el segundo país del mundo con más casos de coronavirus registrados, con 7,3 millones de contagiados.
TAQUILLAS ABIERTAS Y MUCHA INCERTIDUMBRE
La apertura de los cines supone un alivio para los productores, duramente afectados por el parón del confinamiento, aunque albergan dudas sobre si los normalmente ávidos espectadores indios acudirán a las salas.
En primer lugar, porque solo un puñado de regiones han dado la orden de abrir los cines.
Delhi (norte), Madhya Pradesh (centro) y Gujarat (oeste), son algunas de las catorce regiones indias que han permitido la vuelta de este pasatiempo de acuerdo con PVR Cinemas, la mayor empresa dedicada a la exhibición cinematográfica en la India.
El resto han optado de momento por la cautela, a pesar de que el Ministerio del Interior indio impuso una serie de medidas para limitar los contagios por coronavirus, como el aforo limitado al 50 % o la obligatoriedad de portar mascarilla.
Como los cines no han abierto en toda la India, entre ellos en el estado de Maharashtra, que alberga el corazón de la industria cinematográfica de Bollywood en Bombay, las grandes productoras no han programado ningún estreno importante hasta al menos diciembre.
La propia página web de PVR muestra un reducido catálogo de las obras disponibles a partir de hoy, que consiste básicamente en reestrenos.
“Estoy segura de que los espectadores están deseando volver a las salas de cine, aunque será un retorno gradual”, dijo a Efe la optimista productora india Madhu Bhojwani, de Emmay Entertainment.
La interrupción de las exhibiciones en salas y de los rodajes, que retomaron tímidamente en julio por decisión del Gobierno indio, han supuesto una pesada carga para la industria y pocos están dispuestos a correr riesgos estrenando millonarias producciones.
“Cada película tiene su propia fórmula para obtener beneficios, y a causa de esto puede que al principio solo veamos películas de tamaño pequeño o mediano probando las aguas”, dijo Bhojwani.
AULAS ABIERTAS EN SIETE MESES
La reapertura de las escuelas tampoco fue general, con estados como los norteños Uttar Pradesh y Punjab entre los pocos que han decidido la vuelta a las clases presenciales como parte de la quinta fase de la desescalada, con la que el Gobierno indio busca volver a una cierta normalidad y reactivar su maltrecha economía.
Regiones como Delhi o Maharashtra, la más afectada por la pandemia, han decidido posponer la decisión por el momento y revisar la situación en noviembre o después de la temporada de festivales.
Con estas medidas, la India ha retirado oficialmente la mayor parte de las restricciones impuestas contra el coronavirus.
Se mantienen, eso sí, sobre los vuelos internacionales, excepto para los viajes de repatriación y las rutas a través de las burbujas o puentes aéreos, que permiten la conexión entre la India y una decena de países de manera controlada y tras acuerdos bilaterales.
DESCENSO DEL NUMERO DE FALLECIMIENTOS DIARIOS
La reapertura de cines y escuelas llega mientras la India registra un número menor de muertes diarias por la COVID-19, aunque el segundo país más afectado por la pandemia en términos absolutos sigue registrando más casos que ningún otro en el mundo.
Según los últimos datos oficiales, el número de casos de coronavirus en este país de 1.350 millones de habitantes se eleva a 7,307,097, tras un aumento de 67,708 hoy, mientras que las muertes ascienden ya a 111.266, con 680 más en las últimas 24 horas.
Estos datos han llevado al Ministerio de Salud a destacar que la velocidad a la que se duplican los casos en el país se ha reducido a 73 días frente a los 25,5 días a mediados de agosto, cuando la India registraba a diario casi 100,000 nuevas infecciones.
Pero las autoridades indias también han alertado sobre la llegada de la temporada de festivales, durante la que los fieles suelen congregarse en grandes números, y con el descenso de la temperatura, a lo que se suma un aumento drástico de los niveles de contaminación producto de la actividad agrícola y la construcción, lo que normalmente supone un aumento de las enfermedades respiratorias.
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