No son pocas las voces que alertan de que una analítica médica o una revisión anual no necesariamente evitará que se enferme o que ayude a vivir más tiempo. Y no se trata de una afirmación gratuita sin fundamento compartida por un advenedizo. Son expertos de la Universidad de Harvard los que defienden esta premisa.
“Los exámenes físicos anuales no reducen la morbilidad ni la mortalidad y son una pérdida de tiempo y dinero”, aseguran los doctores Mehrotra y Prochazka en un artículo publicado en The New England Journal of Medicine. Y es que a pesar de la enorme utilidad de las analíticas o los chequeos para conocer nuestro estado de salud, se trata de indicadores que no siempre son determinantes y que en algunas ocasiones puede llevar a un “sobrediagnóstico”.
Por ese motivo, muchos abogan por la medicina preventiva como verdadero factor para mejorar la salud a través de intervenciones sobre el estilo de vida y hábitos, como el ejercicio físico, el descanso, el manejo del estrés, el abandono de hábitos perniciosos o la dieta, que son verdaderamente diferenciales.
“Las analíticas clásicas tienen valor, porque los niveles de determinadas moléculas en sangre nos dan una idea de nuestro riesgo de desarrollar ciertas enfermedades. Se habla menos, sin embargo, del poder predictivo de tests mucho más sencillos, como evaluar la velocidad a la que caminamos, nuestra fuerza de agarre o movilidad general (por ejemplo sentándose y levantádose del suelo sin usar las manos)”, señala Marcos Vázquez, credor del blog Fitness Revolucionario, en un interesante artículo.
“Estos tests pueden predecir tu riesgo de sufrir un problema de corazón con mayor precisión que el nivel de colesterol«, añade el experto, que comparte cuatro sencillas manera de evaluar el riesgo de enfermedad que se presenta.
- Velocidad al caminar. Existen diferentes estudios que relacionan la velocidad al andar con varios marcadores de salud: caminar despacio se asocia con una mayor mortalidad a corto plazo, con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y cáncer, o como predictor de la salud del cerebro y el cuerpo.
- Sentarse y levantarse del suelo (sin manos). Mide fuerza, movilidad y equilibrio, entre otras cuestiones. Si eres capza de completar el movimiento sin ayuda, tu estado es óptimo. Pero cada vez que tengas que ayudarte de la mano, codo, o rodillas, y si también pierdes el equilibrio, la cosa cambia. Puntuaciones elevadas en esta prueba (0 a 10) se asocian con una menor mortalidad. ¿Qué demuestra? Las posibilidades de sufrir un accidente o caída.
- Fuerza de agarre. De igual forma las pruebas relacionadas con la fuerza de agarre funcionan como predictores de la mortalidad por cualquir causa o de sufrir enfermedades cardiovasculares o cáncer. A mayor fuerza de agarre, que puede comprobarse con una dinamómetro o comprobando el tiempo que se aguanta colgado, niveles más óptimos de salud.
- Flexiones. La capacidad de hacer flexiones puede servir cómo medidor de salud como concluye la prestigiosa Universidad de Harvard (EEUU). En una reciente investigación, cuyos protagonstas eran bomberos de 40 años de media, la institución comprobó tras un seguimiento de 10 años que quienes podían hacer más 40 flexiones veían reducido en un 96 por ciento el riesgo cardiovascular en comparación con quienes no alcanzaban esa marca.
Fuente: as
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