Enemigos y amigos. En la contienda electoral de 2020 el nombre del senador de Vermont, Bernie Sanders, sonó casi tan fuerte como el de Joe Biden. Y es que después de la muy reñida primaria de 2016, en la que Sanders peleó hasta el final la nominación demócrata con Hillary Clinton, el senador que se autodenomina socialista ha cobrado mucha fuerza dentro del partido.
Buena parte de los votantes demócratas siguen exlusivamente a Sanders, al punto de que cuando cuatro años atrás se negó a apoyar a Hillary Clinton, millones de sus seguidores decidieron no votar por la ex primera dama, algo que se cree podría haber contribuído a su derrota. Joe Biden siempre supo que no podía permitirse que eso ocurriera este año, y una vez que fue claro que él sería el nominado demócrata, todos los ojos se posaron sobre Sanders. Ese apoyo finalmente llegó.
Hoy, en buenos términos, el nombre de Sanders suena fuerte para liderar una de las secretarías de la futura posible administración de Biden. Concretamente, la de trabajo. Tras días de especulación, Sanders no confirmó haber recibido una oferta formal por parte del equipo de transición, pero adelantó su respuesta sería afirmativa.
“Si tuviera las bases que me permitieran pararme y defender a las familias trabajadoras, ¿lo haría? Si, lo haría (…) La verdad es que quiero hacer todo lo que está a mi alcance para proteger a las familias trabajadoras de este país, que en este momento se encuentran bajo tanta presión. Si eso es en el Senado o en la administración Biden, ¿quién lo sabe? Veremos cómo se dan las cosas”, dijo el senador en una entrevista con el periodista Wolf Blitzer de la cadena CNN.
Varios medios nacionales reportaron en los últimos días que Sanders inició una campaña para obtener ese puesto en el gabinete de Biden, un movimiento usual entre quienes buscan este tipo de posiciones. Inclusive, bajo anonimato, medios que compiten entre sí como CNN y Fox News han reportado a un alto líder de un sindicato nacional confirmar que el propio Sanders lo llamó en persona para pedirle su apoyo ante una eventual nominación. La misma fuente agregó que Sanders no fue el único demócrata en llamarlo con este pedido. El Congresista Andy Levin –también un conocido progresista- también lo habría hecho.
Semanas atrás, Sanders había dicho que quería liderar un movimiento en el congreso para enviar legislación progresista a la Casa Blanca que pudiera ser aprobada por Biden como presidente. No es novedad que el senador quiere impulsar una agenda progresista, algo que cuenta con gran apoyo entre un sector de la población estadounidense pero que de igual manera tiene un fuerte rechazo por otro parte del electorado. Es innegable es que Bernie Sanders es una figura popular y divisoria a la vez.
Las conversaciones acerca de un posible gabinete de Biden se dan en el marco de una elección cuyo resultado ha sido anunciado, como es tradición, por los medios de comunicación, pero donde Trump no ha reconocido la derrota. Miles de seguidores del presidente aún descreen de estos resultados. La administración actual ha iniciado procesos legales en diversos estados poniendo en duda la victoria de Biden.
Fuente: Infobae
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