Científicos de todo el mundo alertaron ayer que el exceso de luz artificial por las noches puede provocar efectos negativos en la salud, desde alteraciones del sueño y ansiedad, a un aumento del riesgo de padecer cáncer.
Uno de los principales problemas es la supresión de la melatonina, una hormona que se segrega en la oscuridad de la noche y que es esencial en la regulación del sueño, advirtió Luc Schlangen, de la Universidad de Tecnología de Eindhoven, durante un foro virtual sobre contaminación lumínica organizado por la ONU en Viena.
Según Schlangen, “hace falta muy poca luz para suprimir completamente” esta hormona, un proceso que ocurre muy rápidamente.
En las ciudades, donde hay mucha iluminación artificial nocturna, la segregación de melatonina se retrasa, reduciendo el ciclo del sueño y provocando “jet-lag social”, ya que los fines de semana la gente suele acostarse mucho más tarde de lo habitual. Esa alteración del sueño puede provocar ansiedad, trastornos emocionales u obesidad.
HOY
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